Ilustración y prosa de Oswaldo Mejía

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Jaurías de sombras pasean incesantes a mi alrededor, sin siquiera ostentar títulos de fantasmas, simplemente están allí, allá, aquí y acá. Están por doquier, interrumpiendo mi agridulce pero acogedora soledad, como si se regocijaran en atraer hacia mis recuerdos esas visiones del pasado, esas que me enrostran el diseño sobre el que se edificó este desorden que los hombres de sayo blanco, estipularon que fuera mi fiel compañera… la que ellos denominaron “MI ENFERMEDAD”.
-¡Fuera! ¡Largo de aquí! ¡Fueraaaaaaaaaaaa! ¡No me muestren ese baúl que no deseo ver! ¡No lleven mi mirada hacia esos atardeceres de tonos naranjas y rojos! ¡No quiero más de eso! ¡Noooooooooo!
Estoy solo, como lobo de fauces negras mordisqueando inútilmente el viento… ¡Pero estoy! Mas las jaurías de sombras que pasean incesantes a mi alrededor, persisten en alimentar al poeta maldito que teme otear su ayer, que no quiere tener ante sí más ocasos de tonos naranjas y rojos.
-¡Estoy solo, pero estoy aquí!

No estás solo loquito lindo. Contigo estamos los que tenemos la misión de velar por ti..
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Gracias querida amiiga.
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